Transformar un mueble de blanco a negro

Es común que el paso del tiempo nos provoque cierto cansancio visual con relación a muchos de los muebles que pueblan nuestro hogar. De esta manera, y sin tener que gastar en mobiliario nuevo, podemos hacer un pequeño esfuerzo y transformar esos muebles que ya nos hartan en una opción diferente, otorgándole nuevos aires a determinados espacios o ambientes y renovando la energía de la casa.

Una de las alternativas más interesantes es la variación de color en los muebles. En la imagen observamos un secreter negro, pero que antiguamente era blanco…Luego de atravesar un proceso de transformación, adoptó la imagen de su opuesto cromático. ¿Te animas en tu casa a probar esto con algún mueble blanco?. ¿Te seduce la posibilidad de convertirlo en un mobiliario con toda la elegancia del negro?.

Hay que tener en cuenta además que los tonos blancos aplicados a la madera se deterioran más rápidamente que los oscuros, por lo tanto también es una buena idea desde el punto de vista funcional y práctico convertir alguna de nuestras piezas blancas en un mobiliario negro. En este caso se ha aplicado un lacado en negro mate, un tratamiento sencillo sobre el que nos podrán asesorar en cualquier casa especializada, obteniendo allí también los productos necesarios.

Un punto clave de esta propuesta es que el negro no se ha tomado como el color dominante en exclusiva, sino que se ha combinado con algunos detalles interesantes para otorgarle más vida y dinamismo. Es así que pueden apreciarse los tiradores pintados en naranja (el color puede ser otro, pero vale la intención de romper con la monotonía del negro). La pintura se ha aplicado además en tono negro mate, un color con más brillo que el negro convencional y que se asemeja a un gris oscuro.

Imagen: decoesfera.com.

Mesas 100% compactas

Las soluciones de decoración y mobiliario en los minipisos de la actualidad apuntan prácticamente en forma excluyente a algún tipo de mueble transformable, convertible, abatible o multifuncional. Dentro de ese mundo, las mesas plegables y compactas son una alternativa más que interesante.

En la imagen observamos una ingeniosa propuesta de este tipo, que pertenece a la empresa Grand Central, de Sanna Lindström y Sigrid Strömgren. Cuando está cerrada, esta mesa adquiere las dimensiones de una silla, pero un creativo sistema de apertura la convierte en una mesa disponible para varios comensales.

Resulta una opción perfecta en un minipiso habitado por una o dos personas, ya que en ese caso con una única mesa será suficiente para las necesidades diarias. Sin embargo, cuando llegan las visitas comienzan los problemas, requiriéndose una mesa más amplia. Este mueble ofrece una solución ideal, ya que en forma diaria se usa la mesa plegada como para una o dos personas, y cuando alguien nos visita el mueble se transforma en una mesa con mayor capacidad.

Además de ocupar un mínimo espacio, esta mesa destaca especialmente por su sistema de despliegue, que aunque a primera vista parece frágil posee una robusta estructura con un gran número de bisagras que permiten el cambio de apariencia de la mesa. Se trata asimismo de una mesa redonda, lo que permite el ingreso de una mayor cantidad de comensales.

Quizás el único punto negativo de esta mesa es la gran cercanía de las patas de la misma al borde, lo que marca una serie de dificultades para colocar las sillas y hacer ingresar a una mayor cantidad de personas.

Gresite: un material ideal para cocinas y baños

Decorar con gresite puede ser una excelente alternativa en cocinas y baños, ya que se trata de un material con gran resistencia a las manchas y a las variaciones profundas de temperatura, dos características que se reiteran habitualmente en los espacios mencionados. Además, se trata de un material con gran durabilidad.

Puede emplearse por igual en espacios de interior y exterior, aunque hasta hace poco tiempo se empleaba solamente en piscinas, teniendo en cuenta sus excepcionales condiciones como aislante. Otra característica interesante es su gran dureza, aunque por supuesto supone una erogación mayor con relación a otros materiales.

El gresite es una verdadera barrera frente al paso del agua. Esta potencialidad como aislante no solamente es positiva en su uso en piscinas, sino también en ambientes como baños y cocinas. No olvidemos que se trata de espacios con contacto directo con el agua en prácticamente todas las funcionalidades cotidianas que despliegan.

También admite, por otro lado, una gran diversidad de acabados y una importante ductilidad decorativa. Es así que puede presentarse con acabado vidrioso o cerámico, liso o en relieve, con brillo o mate, entre muchas otras posibilidades. En general, las dimensiones del gresite son reducidas.

Se trata de pequeños bloques de entre 2,5 y 5 centímetros, comercializándose en planchas denominadas teselas. El formato pequeño resulta ideal para aplicar en estancias chicas, porque además brinda una importante sensación de amplitud, aumentando visualmente la habitación en la que se ubica, por ejemplo al colocarse en paredes. La imagen que apreciamos pertenece a una propuesta en gresite de la empresa Azulejos Aorín.

Paredes y madera

Las paredes pueden decorarse y revestirse con distintos materiales. A lo largo de la historia del interiorismo, uno de los materiales que más se han empleado con ese fin ha sido la madera. Sin embargo, no se trata solamente de colocarlo y resolver cuestiones estéticas. Es importante tener en cuenta que cualquier revestimiento o decoración realizada con madera requiere de diferentes medidas de tratamiento a lo largo del tiempo.

Un ejemplo claro son los frisos. Cuando se emplea madera en estos casos, es clave considerar la especie de madera que se ha utilizado y la respuesta del producto que la recubre. Algo similar sucede en los suelos, en los zócalos o en otros elementos decorativos fabricados con este material.

Hay que tener en cuenta que en cualquiera de estos casos los tratamientos y acabados pueden ser muy diferentes, y que la elección del producto con el cual se tratará la madera determinará el resultado final. En consecuencia, el comportamiento del producto al ser aplicado y la facilidad que supone su mantenimiento o renovación son puntos clave a considerar.

Cada tipo o especie de madera tiene características especiales. Cuentan con una presentación diferente, la porosidad varía, el nivel de humedad es distinto y también se contraen de forma particular. Estamos hablando de factores realmente muy importantes, ya que determinarán si los productos aplicados son o no efectivos.

Por un lado, las especies de menor porosidad resultan preferibles al absorber una menor cantidad del producto a aplicar. Sin embargo, no es posible obviar cuestiones como el color o el veteado de la madera, que también hay que tener en cuenta. Asimismo, los cambios naturales de la madera y sus dimensiones también inciden sobre el barniz y otros tratamientos a aplicar.

Imagen: casaplus.cl