Belleza austera

La basta estética del hormigón es la carta de presentación de las nuevas cocinas, cuyos muebles y estructuras, de austera belleza, dan personalidad al espacio. Un espacio diáfano y abierto, con zonas comunicadas entre sí y destinadas a comedor, dormitorio, despensa...
La pincelada de color se la aporta el rojo, procedente de la carpintería de las ventanas y puertas y acompañan al intenso gris del suelo y las paredes.

Atrévete a jugar con volúmenes colocando unas lámparas esféricas blancas en el suelo y en el techo, le darás más brillo a tu cocina.

Para distribuir el espacio opta por situar la zona de trabajo bajo un ventanal. La encimera, en línea con el resto de la cocina de hormigón. Los módulos negros acompañados de tiradores de cuero, le dan un toque moderno y sofisticado.

La zona destinada a comer, se compone por una gran mesa rectangular de hormigón y dos bancos de madera.

La nota lúdica dásela a la puerta de la despensa, pintándola de un tono cálido (naranja, salmón...) . Pinta una pared entera con pintura de pizarra y será, sin duda, además de útil, el rincón preferido de los más pequeños. Se rompe el tópico de que no se puede pintar en la pared.

En este espacio de austeridad, diseñado para darte paz interior y divertirte ante todo, priorizará la funcionalidad ante el más innovador diseño.

Porque una vez más se confirma que la belleza es relativa y... ¿Porqué no? El hormigón también.