Jardines acuáticos
Una posibilidad interesante para decorar el jardín y los espacios externos en el hogar es la jardinería acuática. En esta técnica, lo vital es conocer las propiedades del agua y de las flores y plantas que pueden desarrollarse en ella. Al mismo tiempo, hay que informarse sobre la importancia del drenaje.
Dominando las posibilidades de la jardinería acuática se puede obtener un diseño personal y exótico en nuestro jardín. Es sabido que el agua es fuente de vida, pero en este caso se trata del medio en el que crecen y viven las plantas. Por eso, no todas las especies pueden formar parte de una propuesta como la mencionada.
En principio, hay que ajustar las dimensiones del estanque o fuente donde se desarrollará el ecosistema acuático a las propiedades y dimensiones del jardín, con el propósito de obtener una armonía que permita la convivencia de los distintos elementos sin mayores inconvenientes estéticos.
Los estanques pueden estar confeccionados en distintos materiales, como hormigón, lámina de butilo o ladrillo revestido. Lo importante es asesorarse con un profesional con relación a las características del terreno, ya que de lo contrario la presión ejercida por el agua puede llegar a ser excesiva.
La decoración también permite muchas variantes, como elementos naturales como troncos o piedras. Cuando se emplean elementos artificiales, muchas veces se buscan las líneas simétricas y el orden, mientras que en los jardines naturales al 100% se privilegia la espontaneidad.
En cuanto a las especies vegetales indicadas para el medio acuático, algunas de las posibilidades son: la Nelumbo Sp, con flores rosas y amplia necesidad de luz, la Calla Palustris, especial para resistir los cambios de temperatura, la Nympahea Odorata, el Iris Pseudacorus o el Acorus Calamus, que en todos los casos soportan la luz solar directa.
Dominando las posibilidades de la jardinería acuática se puede obtener un diseño personal y exótico en nuestro jardín. Es sabido que el agua es fuente de vida, pero en este caso se trata del medio en el que crecen y viven las plantas. Por eso, no todas las especies pueden formar parte de una propuesta como la mencionada.
En principio, hay que ajustar las dimensiones del estanque o fuente donde se desarrollará el ecosistema acuático a las propiedades y dimensiones del jardín, con el propósito de obtener una armonía que permita la convivencia de los distintos elementos sin mayores inconvenientes estéticos.
Los estanques pueden estar confeccionados en distintos materiales, como hormigón, lámina de butilo o ladrillo revestido. Lo importante es asesorarse con un profesional con relación a las características del terreno, ya que de lo contrario la presión ejercida por el agua puede llegar a ser excesiva.
La decoración también permite muchas variantes, como elementos naturales como troncos o piedras. Cuando se emplean elementos artificiales, muchas veces se buscan las líneas simétricas y el orden, mientras que en los jardines naturales al 100% se privilegia la espontaneidad.
En cuanto a las especies vegetales indicadas para el medio acuático, algunas de las posibilidades son: la Nelumbo Sp, con flores rosas y amplia necesidad de luz, la Calla Palustris, especial para resistir los cambios de temperatura, la Nympahea Odorata, el Iris Pseudacorus o el Acorus Calamus, que en todos los casos soportan la luz solar directa.